El FONDO DARIÉN es un proyecto ejecutado por GEMAS, trabajan para la conservación del Parque Nacional Darién.

lunes, 17 de noviembre de 2014

El jaguar en la serranía de Pirre

En la provincia de Darién, al este de Panamá y fronteriza con Colombia, los científicos han estado trabajando para obtener información sobre las poblaciones de jaguares en el Parque Nacional Darién, un sitio alejado que tal vez muchos nacionales no conozcan, pero que alberga gran parte del patrimonio natural de Panamá, incluyendo a estos felinos.

Uno de los investigadores que se ha dedicado al estudio de los jaguares y otros felinos en esa zona es Ricardo Moreno, de la organización Yaguará Panamá, quien fue por primera vez a Darién en 1998.

En 2004 este biólogo panameño estableció el primer proyecto con cámaras trampa en el valle de Cana y estuvo en la estación Biológica de Cana, administrada por Ancon Expeditions de Panamá.

Con base en sus investigaciones y la experiencia adquirida también en la península de Osa, Costa Rica, Moreno se ha convertido en un ferviente vocero de los grandes felinos, dando a conocer los problemas que enfrentan sus poblaciones y los desafíos que persisten para su conservación.


Este año, además de dictar charlas a campesinos y ganaderos en Santa Fe, provincia de Veraguas, y abogar por el turismo sostenible comunitario para ayudar a conservar a los jaguares, Moreno comenzó un proyecto del Fondo Darién-GEMAS (Embajada de Estados Unidos/TNC/Ministerio de Economía y Finanzas/ Anam/Fundes/Panamcham/Fundación Natura) para dar continuidad a las investigaciones que se realizan en la serranía de Pirre, dentro del Parque Nacional Darién.

El trabajo comprende observar los caminos y límites del parque para colocar cámaras trampa en sitios específicos donde se estime o se determine –por medio de huellas u otros rastros– que pasan los jaguares.

Moreno explica que las cámaras deben ser ubicadas en un área de aproximadamente 100 km2 (10 mil hectáreas) para hacer un buen estimado de la población de estos animales y de otras especies, como tapires y puercos de monte, entre otras.

Con la colaboración de la investigadora Ninon Meyer, Edgar Sánchez y algunos muchachos de la comarca indígena Emberá de Pijibasal, se instalaron este año 79 cámaras trampa, distribuidas en 47 estaciones (algunas con dos cámaras), a distancias de entre 500 metros a 2 mil metros, y en altitudes en un rango desde los 74 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta los mil 275 msnm.

Los primeros resultados han mostrado fotografías de 32 especies de animales, incluyendo algunas que son importantes para el ambiente y otras en peligro de extinción, como el jaguar, el puma, los tapires, puercos de monte, pumas y hormiguero gigante, entre otras.

“Basándonos en los patrones de manchas de los jaguares, logramos identificar cuatro ejemplares diferentes, tres machos y una hembra, lo cual fue muy bueno para el proyecto”, detalla Moreno.

Pero la única hembra fotografiada, a la cual llamaron ´Eva-01´, fue matada por depredar ovejas en las fincas que colindan con el parque, añade el científico.

“Esta situación se repite y se seguirá repitiendo si no se logra actuar para ayudar a los ganaderos y campesinos con alternativas reales o nuevas técnicas para que dejen de practicar lo que han venido realizando por muchas décadas, ya que estas prácticas en lo que repercuten es en la deforestación y la pérdida de la biodiversidad”.

Darién es una zona vasta y rica en biodiversidad, conectada con el Gran Chocó colombiano, y hay siempre un flujo de animales. Pero, “¿hasta cuándo nuestro valioso Darién va a aguantar?”, expresa Ricardo Moreno. “Tenemos que crear mucha conciencia”.


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